Esta tarde mis compañeros del trabajo
tienen la actitud para irse de fiesta. Sin ningún problema accedí a ir. Solo
tenía que esperar que la tarde se fuera rápida para poder ir a disfrutar unas
buenas cervezas.
Por fin termino mi jornada laboral y como se había planeado nos fuimos a convivir y a olvidarnos del estrés laboral. Sin ningún problema llegamos a lugar que siempre frecuentamos para ir a beber.
Por fin termino mi jornada laboral y como se había planeado nos fuimos a convivir y a olvidarnos del estrés laboral. Sin ningún problema llegamos a lugar que siempre frecuentamos para ir a beber.
Pero al parecer no era el mejor momento
para llegar, esto porque las cervezas no estaban en su punto o como normalmente
se dice no estaban muertas. Pero eso no fue motivo suficiente para que se
perdiera el ánimo.
La noche era buena y mis amigos tenían muchas energías para seguir la fiesta. Tomando en cuenta estas dos cosas surgió la idea de ir a Garibaldi. Esta opción no me desagrado y nos fuimos a seguir la fiesta.
Llegando a Garibaldi de inmediato compramos unas micheladas y por supuesto contratamos unos mariachis. Ya enfiestados nos pusimos a bailar y a cantar. Por cierto no cantamos como profesionales, pero eso si con mucho sentimiento.
La noche era buena y mis amigos tenían muchas energías para seguir la fiesta. Tomando en cuenta estas dos cosas surgió la idea de ir a Garibaldi. Esta opción no me desagrado y nos fuimos a seguir la fiesta.
Llegando a Garibaldi de inmediato compramos unas micheladas y por supuesto contratamos unos mariachis. Ya enfiestados nos pusimos a bailar y a cantar. Por cierto no cantamos como profesionales, pero eso si con mucho sentimiento.
Sin duda ese lugar es el mejor lugar
para irte a divertir, sacar el cantante y bailarín que llevas dentro.
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